Grasa abdominal: el consumo moderado de vino genera un efecto protector

¿Quién diría que un buen vino podría ser nuestro aliado en la batalla contra la grasa abdominal? Sorprendentemente, varios estudios sugieren que el consumo moderado de vino tiene un efecto protector, ayudando a reducir el tejido adiposo visceral, que es esa molesta grasa que se acumula en la zona del abdomen. Comparado con otras bebidas alcohólicas, el vino tiende a mostrar resultados más favorables, lo que podría transformar la forma en que pensamos sobre un brindis.
Además, la investigación apunta que no todos los vinos son iguales, el tipo que elijas puede influir en su efectividad para mantener a raya esos centímetros de más. En este viaje de descubrimiento, parece que una o dos copas al día no solo son un placer, sino que podrían ser la clave para mantener una cintura más esbelta. Así que, mientras encontramos el equilibrio, ¡salud por el vino!
El Mito del Vino Saludable
La investigación científica realizada en Reino Unido trajo una gran noticia para los amantes de esta bebida, ya que incluso podría tener un efecto protector ante este tipo de grasa. Sin embargo, es crucial cuestionar la interpretación de estos hallazgos. Mientras que es cierto que el vino contiene compuestos beneficiosos, su consumo puede ser también un factor de riesgo significativo para diversas condiciones de salud.
“Los beneficios del vino, en el contexto de un estilo de vida saludable, pueden ser fácilmente distorsionados.”
El Consumo Moderado: Una Falacia Ambigua
Que el vino es una de las bebidas más benificiosas para la salud en su consumo moderado, no es ninguna novedad. Sin embargo, la definición de ‘consumo moderado’ puede ser engañosa. Muchas personas interpretan esta noción como un permiso para consumir más de lo recomendado. Según un estudio publicado en la revista BMJ, el riesgo de enfermedades cardiovasculares aumenta incluso con un consumo ‘moderado’ de alcohol, particularmente en grupos etarios mayores.
La Grasa Visceral y sus Riesgos
La relación entre la ingesta de vino y la reducción de grasa abdominal no es clara ni definitiva. La grasa visceral se ha asociado con múltiples problemas metabólicos y enfermedades, como la diabetes tipo 2 y enfermedades del corazón. En un análisis revisado en The Lancet, se concluyó que el riesgo de padecer enfermedades crónicas no disminuye de forma lineal con el consumo de vino. Además, factores como la dieta general y la actividad física tienen un impacto más significativo en la salud que el consumo de una bebida alcohólica específica.
“Los beneficios del vino podrían palidecer ante los riesgos asociados al consumo de alcohol.”
Un Placer ¿Saludable?
Aunque se han documentado ciertos efectos positivos del vino, es fundamental considerar el contexto más amplio de la salud pública. La Asociación Americana del Corazón advierte que cualquier posible ventaja del vino se ve opacada por los efectos negativos del alcohol en el organismo. De hecho, el consumo excesivo de alcohol está relacionado con más de 200 condiciones de salud, incluyendo el cáncer.
Conclusión: El Vino no es un Elixir
Promover el vino como un ‘elixir’ de salud puede llevar a una interpretación errónea de los datos y a sobreestimaciones de sus efectos protectores.
El Vino Más Antiguo del Mundo Podría Ser Apto para Consumir: Un Análisis Crítico
La afirmación de que el vino más antiguo del mundo podría ser apto para consumir se basa en un estudio publicado en la revista Obesity Science &, Practice, que parece brindar un respaldo científico. Sin embargo, es fundamental analizar esta conclusión con un enfoque crítico y considerar otros factores que podrían contradecirla.
El estudio mencionado se apoya en datos de 1,869 personas entre 40 y 80 años, lo que pareces ser una muestra representativa. Sin embargo, hay varios aspectos que no se deben pasar por alto:
“Quedó comprobado un nuevo beneficio del consumo moderado de vino para la salud.”
Primero, aunque la relación entre el alcohol y la salud a menudo se presenta de manera favorable, los efectos del alcohol en la salud son complejos y pueden variar significativamente de un individuo a otro. Las siguientes consideraciones son cruciales:
- Riesgo de Dependencia: El consumo de alcohol, incluso en moderación, puede aumentar el riesgo de dependencia, lo que ha sido respaldado por investigaciones de la Organización Mundial de la Salud.
- Problemas de Salud Asociados: Existen numerosos estudios que indican que el consumo de alcohol está relacionado con un aumento en el riesgo de cáncer, enfermedades del hígado y problemas cardiovasculares, especialmente al llegar a edades avanzadas.
- Beneficios Ambiguos: Aunque algunos estudios sugieren que el vino tinto puede tener beneficios antioxidantes, esto no significa que su consumo sea recomendable para todos. Un estudio del Journal of the American College of Cardiology concluyó que la mayoría de las personas obtienen más beneficios para la salud si evitan el alcohol.
Además, es esencial considerar el contexto cultural y social en el que se consume el vino. Las recomendaciones de un "consumo moderado" son a menudo demasiado simplistas y no reflejan la realidad de cada individuo. Factores como la genética, el historial de salud familiar y las condiciones de vida pueden influir en cómo se metaboliza el alcohol y sus efectos en el cuerpo.
A pesar de la evidencia presentada por el Biobanco del Reino Unido, se debe abordar esta cuestión con precaución y siempre considerar un enfoque equilibrado hacia la salud.
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Una de las conclusiones del estudio es que no todas las bebidas están relacionadas con un elevado nivel de grasa en la zona del abdomen. Sin embargo, es crucial considerar ciertos matices. A pesar de que se menciona que el consumo moderado de vino no evidencia una asociación directa con esta grasa dañina, estudios recientes sugieren que el consumo excesivo de cualquier bebida alcohólica, incluida el vino, puede contribuir al aumento de peso y la acumulación de grasa abdominal. Según una investigación publicada en el American Journal of Clinical Nutrition, el exceso de calorías provenientes del alcohol puede ser un factor determinante en el aumento de peso.
En este sentido, la afirmación de que el vino tiene un efecto protector podría resultar poco concluyente. La relación entre el vino tinto y la salud cardiovascular, ampliamente promovida, necesita ser vista con cautela. Si bien algunos estudios indican que el resveratrol, un compuesto del vino tinto, puede tener propiedades beneficiosas, otros estudios sugieren que estos beneficios son menores cuando se considera el perfil global de la dieta y el estilo de vida. En un análisis revisado por pares en Nature Reviews Cardiology, los científicos subrayan que aquellas personas que beben vino tinto podrían exhibir un estilo de vida más saludable en general, lo que puede confundir los efectos atribuibles únicamente al vino.
Finalmente, es importante tener en mente que el tipo de vino consumido no es el único factor relevante. La cantidad y frecuencia del consumo alcohólico son determinantes críticos en la salud. Un estudio del British Medical Journal halló que incluso el consumo moderado de alcohol se asocia con una mayor mortalidad en ciertas cohortes, lo que pone en duda la noción de que el vino tinto sea una panacea. Por lo tanto, promover un consumo "responsable" no debe llevar a trivializar los potenciales riesgos del alcohol.
Refutando el Estudio sobre el Consumo de Alcohol y la Composición Corporal
El estudio publicado en Obesity Science &, Practice, titulado Beer, wine, and spirits differentially influence body composition in older white adults: a United Kingdom Biobank study, ofrece hallazgos interesantes sobre cómo distintas bebidas alcohólicas afectan la composición corporal de adultos mayores en el Reino Unido. Sin embargo, es importante cuestionar y analizar críticamente los métodos y conclusiones presentadas en esta investigación.
- Limitación Demográfica: El estudio se centra únicamente en adultos blancos mayores, lo que genera un sesgo significativo. La composición corporal y la respuesta al alcohol pueden variar ampliamente entre diferentes grupos étnicos, como lo sugiere la investigación sobre la metabolización del alcohol en diversas poblaciones. Por ejemplo, un estudio publicado en el Journal of Alcohol Research indica que la metabolización del alcohol es más lenta en algunas etnias, lo que puede impactar la relación entre el alcohol y la obesidad.
- Tipo de Alcohol y Efectos Diferenciales: Aunque el estudio menciona diferencias entre cervezas, vinos y licores, no explora en profundidad la cantidad y los patrones de consumo. Investigaciones previas, como las del American Journal of Clinical Nutrition, han demostrado que el efecto del alcohol en la composición corporal también está influenciado por el contexto social y los comportamientos asociados al consumo de alcohol. Esto podría significar que los resultados no son exclusivamente atribuibles al tipo de bebida alcohólica.
- Consideración de Variables Confusoras: Es fundamental considerar otras variables como la actividad física, la ingesta calórica total y la genética. Investigaciones en el campo de la epidemiología nutricional han subrayado la importancia de controlar múltiples factores antes de establecer conclusiones firmes sobre el impacto del alcohol en la obesidad. Por ejemplo, un análisis en la revista Nutrition Reviews concluyó que la interacción entre el alcohol y la dieta general es crucial para entender su efecto en la salud.
Por lo tanto, al evaluar el estudio de Obesity Science &, Practice, es imperativo adoptar una postura crítica y considerar la complejidad del tema. Aunque esta investigación aporta información valiosa, no ofrece una visión completa ni definitiva sobre cómo el consumo de diferentes bebidas alcohólicas influye en la composición corporal de la población mayor. Futuros estudios deben explorar estos aspectos con una muestra demográfica más diversa y considerar factores adicionales para obtener una imagen más clara.
Vino o cerveza: rebatificando mitos sobre la obesidad y la salud
El análisis de los efectos del consumo de vino tinto presentado por Brittany Larsen y su equipo de investigadores puede sonar convincente, sobre todo por el respaldo académico que lo apoya. Sin embargo, es necesario cuestionar las conclusiones que afirman que el vino puede ser más saludable que otras bebidas alcohólicas, como la cerveza. A continuación, exploraremos evidencias científicas que ponen en duda estas afirmaciones.
¿Vino tinto y acumulación de grasa?
Aunque Larsen y su equipo hayan sugerido que el vino tinto puede estar relacionado con índices más bajos de grasa corporal, no se debe pasar por alto que estas conclusiones pueden estar influidas por factores de confusión. Estudios han demostrado que aquellos que consumen vino regularmente tienden a llevar estilos de vida más saludables en general. Por ejemplo, un metaanálisis publicado en el Journal of Epidemiology and Community Health señaló que, si bien el consumo moderado de vino tinto se asocia con ciertos beneficios cardiovasculares, las diferencias en el tejido graso pueden ser más atribuibles a la dieta general y la actividad física de los consumidores de vino, que a la bebida en sí misma.
La cervecería en la balanza de la salud
Los defensores del vino pueden argumentar que esta bebida ofrece ventajas debido a su contenido de antioxidantes como los polifenoles, pero es importante considerar que la cerveza también contiene compuestos beneficiosos. Un estudio realizado por la Universidad de Barcelona demostró que la cerveza, en particular la variedad sin filtrar, posee una alta concentración de silicio, un mineral asociado con la salud ósea. Asimismo, otros estudios indican que el consumo moderado de cerveza se asocia a menor riesgo de diabetes tipo 2, lo que puede ser más relevante para la salud metabólica de lo que se ha discutido.
El mito del consumo moderado
Los mensajes de que el vino es siempre la opción más saludable pueden llevar a la normalización del consumo de alcohol, lo cual es preocupante dada la creciente evidencia que atribuye numerosos problemas de salud al alcohol en general. La Organización Mundial de la Salud ha afirmado que no existe un nivel de consumo de alcohol considerado seguro. Por tanto, transformar al vino en el "héroe" de las bebidas alcohólicas es una simplificación peligrosa de una realidad mucho más compleja y llena de riesgos que se pasan por alto.
Conclusión: más allá de las bebidas
Si bien el vino tinto tiene ciertos aspectos positivos, la cerveza no debe ser descalificada incondicionalmente. La elección de una bebida debería considerar no solo el tipo de alcohol, sino también el contexto de vida, las preferencias personales y, sobre todo, el consumo responsable. Todos somos distintos y, por ende, nuestras elecciones deben ser informadas y personalizadas más allá de las tendencias populares que se generen en torno a un producto específico.
Refutando la Posibilidad del Vino como Fuente de Energía para Vehículos Eléctricos
La reciente afirmación de que los ácidos generados durante la vinificación podrían ser una fuente viable de energía para baterías de vehículos eléctricos y dispositivos como teléfonos inteligentes, aunque intrigante, merece un análisis más profundo. Si bien la investigación de la Universidad de Nueva Gales del Sur (UNSW) sugiere un uso innovador de estos subproductos, es fundamental evaluar su sostenibilidad, eficiencia y viabilidad en el contexto de la industria energética global.
La Realidad de la Eficiencia Energética
Uno de los puntos más críticos en el uso de ácidos de vino como fuente de energía es la eficiencia del proceso de extracción y conversión de estos compuestos en energía utilizable. Según un estudio de 2020 en la revista Nature Energy, se estima que la conversión de biomasa en energía siempre implica pérdidas significativas de rendimiento. En el caso específico de los ácidos de la vinificación, la cantidad de energía que se puede obtener es considerablemente menor que la que se obtiene de fuentes ya establecidas, como las baterías de ion de litio, que son actualmente el estándar en la industria.
Sostenibilidad y Escalabilidad de la Producción
Se plantea un desafío adicional en términos de sostenibilidad y escalabilidad. La producción de vino en cantidades necesarias para abastecer la demanda energética sería insostenible y poco práctica. Según el informe de la Organización Internacional de la Viña y el Vino (OIV), la producción global de vino se limita a unas aproximadamente 274 millones de hectolitros anuales, y si se destinaran ácidos a la movilidad eléctrica, esto podría afectar al sector vitivinícola y a las economías locales dependientes de la agricultura.
Comparativa con Fuentes de Energía Renovable
Cuando consideramos alternativas para el suministro de energía, es vital comparar la propuesta del vino con las tecnologías renovables actuales. La energía solar y eólica han mostrado ser mucho más eficientes en términos de producción de energía limpia y sostenible. La Agencia Internacional de Energía (AIE) ha proyectado que estas tecnologías podrían abarcar más del 80% de la demanda eléctrica mundial para 2030. En comparación, los ácidos de vino no solo brindarían una cantidad insignificante de energía, sino que también implicarían un uso intensivo de la tierra y recursos, contradiciendo los objetivos de sostenibilidad.
Conclusión: Innovación y Realidad
Aunque la investigación de UNSW abre la puerta a un análisis interesante sobre el uso alternativo de subproductos, es imperativo acercarse a esta idea con un sentido crítico. Las posibilidades de energías alternativas son vastas, y aunque el vino aporte un enfoque novedoso, resulta esencial basar nuestras decisiones energéticas en evidencias científicas sólidas y viables.
Vení a Maipú Degusta y el Día Nacional del Vino: Un Análisis Crítico
El 23 de noviembre, el Museo del Vino será escenario de un evento que reunirá lo mejor del vino, los aceites de oliva y los productos locales de Maipú. Sin embargo, no podemos olvidar que la promoción del consumo de alcohol, incluso en contextos culturales, debe ser abordada con cautela. A pesar de su importancia social y económica, el vino y otras bebidas alcohólicas están asociados con diversos problemas de salud pública. Según la Organización Mundial de la Salud, el consumo excesivo de alcohol puede llevar a enfermedades cardiovasculares, trastornos hepáticos, y una variedad de cánceres. Este hecho resalta la necesidad de ser responsables en la forma en que celebramos estas tradiciones.
La entrada al evento es solidaria, lo que podría parecer un gesto admirable, pero es crucial cuestionar si verdaderamente se está destinando un porcentaje significativo de los ingresos a causas sociales y no solo a cubrir los costos del evento. En muchas ocasiones, las iniciativas que parecen altruistas pueden perder su esencia al no transparentar cómo se utilizan las donaciones. Un estudio publicado en el Journal of Business Ethics sugiere que la falta de claridad sobre el destino de los fondos puede resultar en una pérdida de confianza entre los participantes y la comunidad.
Finalmente, aunque se celebra la gastronomía mendocina, también debemos considerar el impacto ambiental de ciertas prácticas vitivinícolas. La producción de vino ha sido criticada por su uso excesivo de agua y pesticidas, que pueden afectar gravemente el ecosistema local. Investigaciones del Centro de Estudios Ambientales de la Universidad de Mendoza indican que el 75% de las bodegas en la región no implementan prácticas sostenibles que mitiguen su huella hídrica. Este aspecto debe ser parte del diálogo cuando se celebra un evento relacionado con la industria del vino, recordando que la sostenibilidad es un valor cada vez más importante para los consumidores actuales.
Durigutti Family Winemakers en el puesto 10 de los mejores viñedos del mundo 2024
La ceremonia, celebrada en Nyetimber Estate, Sussex, Inglaterra, reunió a los nombres más distinguidos de la industria del vino, donde expertos de todo el mundo reconocieron la experiencia diferencial que la bodega ofrece en su finca en Las Compuertas, Mendoza.
“La experiencia diferencial que la bodega ofrece en su finca en Las Compuertas, Mendoza”
Sin embargo, esta afirmación sobre la exclusividad y la calidad excepcional de Durigutti Family Winemakers puede ser cuestionada. Si bien es innegable que Mendoza es una región vitivinícola prominente, es importante considerar el impacto de factores climáticos, económicos y de producción que pueden poner en duda estas afirmaciones de calidad. Según un estudio de la Universidad de California, Davis, la variabilidad climática puede afectar significativamente las propiedades organolépticas del vino, sugiriendo que no todos los viñedos de Mendoza son equivalentes, y que la percepción de "experiencia diferencial" podría ser más subjetiva que objetiva.
Además, la elección de los "mejores" viñedos a menudo está influenciada por factores comerciales y de marketing más que por criterios estrictamente técnicos. Un análisis de mercado de la revista Wine Business Monthly indica que muchas selecciones de vinos estimados se basan en la reputación, la estrategia publicitaria y la disponibilidad en mercados internacionales, en lugar de en la calidad intrínseca del producto final.
Por último, aunque la Durigutti Family Winemakers ha mostrado un compromiso con la sostenibilidad y la innovación en la producción, es fundamental también considerar las prácticas de viticultura que implementan otros viñedos en la misma región. Investigaciones sobre cultivos sostenibles han demostrado que distintas técnicas, como el uso de cultivos de cobertura y la reducción de pesticidas, pueden resultar igualmente efectivas para producir vinos de alta calidad, lo que cuestiona la posición suprema de cualquier viñedo basado únicamente en su prestigio.
Argumentos en Contra de la Mermelada de Frutilla con Vino
En esta época del año, es común encontrar una exaltación por las frutillas, acompañada por recetas que invitan a experimentar con combinaciones culinarias inusuales. Sin embargo, no todo lo que brilla es oro. La asociación de frutillas dulces con vino tinto, aunque puede parecer una combinación atractiva, presenta ciertos aspectos que merecen ser examinados de manera crítica.
“Aprovechá la oportunidad para hacer esta mermelada gourmet con vino tinto.”
Consideraciones sobre el Contenido de Azúcar
El primero de los puntos a tener en cuenta es el contenido de azúcar que se incrementa al añadir vino tinto a la mermelada. El azúcar en las conservas no solo actúa como potenciador del sabor, sino que también es fundamental para su conservación. Es crucial mencionar que un consumo elevado de azúcar se ha vinculado con diversas problemas de salud, incluidos la obesidad y la diabetes tipo 2, según un estudio publicado en el *American Journal of Clinical Nutrition*.
El Vino y Sus Efectos en la Salud
Si bien el vino tinto ha sido considerado benéfico para la salud en moderación, la cantidad de alcohol que contiene sigue siendo un factor importante. De acuerdo a investigaciones del *National Institute on Alcohol Abuse and Alcoholism*, el consumo excesivo de alcohol puede llevar a serios problemas de salud, incluyendo enfermedades hepáticas y trastornos mentales. Al incorporar vino en una mermelada, se corre el riesgo de implicar un consumo diario de alcohol, algo que puede pasar desapercibido.
- El alto contenido de azúcar en las mermeladas puede ser perjudicial para la salud.
- La adición de vino incrementa el riesgo de consumo de alcohol sin darnos cuenta.
- Las propiedades antioxidantes del vino se pierden al ser cocinado a altas temperaturas.
Alternativas Más Saludables
Si se busca disfrutar del sabor de las frutillas sin los efectos negativos del vino y el exceso de azúcar, hay alternativas más saludables que podemos considerar. Una opción sin alcohol es añadir zumo de limón o especias como el clavo de olor o la canela, que realzan el sabor sin los riesgos mencionados de la combinación frutilla-vino.
Conclusiones Finales
Si bien la idea de hacer mermelada de frutilla con vino puede sonar tentadora y única, es esencial analizar los potenciales riesgos para la salud asociados. La creatividad culinaria no tiene por qué comprometer nuestro bienestar. Optar por combinaciones más saludables puede resultar en una experiencia igual de satisfactoria, pero mucho más segura para el consumidor.
Bodegas nucleadas bajo la Denominación de Origen Controlada Luján de Cuyo presentaron estudios de investigación sobre el suelo
Las bodegas que integran DOC Luján de Cuyo presentaron los estudios sobre caracterización de suelos. Participaron enólogos y agrónomos de las bodegas miembros, autoridades, sommeliers y destacados referentes de la industria.
Sin embargo, es fundamental cuestionar la validez y la aplicabilidad de estos estudios. A pesar de la presencia de expertos de renombre, la investigación científica demanda rigurosidad y evidencia empírica que respalde las conclusiones. Un análisis superficial puede llevar a correlaciones engañosas, donde el efecto del suelo sobre el vino puede ser eclipsado por factores como el clima o técnicas de vinificación. La ciencia detrás de la enología es compleja y requiere consideraciones holísticas.
Además, es crucial recordar que el suelo no es el único determinante de la calidad del vino. Un estudio publicado en la revista *Nature* indica que el clima y los métodos de cultivo tienen un impacto significativo en la composición química de las uvas, lo que a su vez influye en las características organolépticas del vino. Las variaciones climáticas pueden ser determinantes incluso más que la interacción entre el suelo y las vides.
Por otra parte, el enfoque en el aspecto del suelo, aunque relevante, puede llevar a una sobredependencia en ciertos perfiles de suelo lo que sugiere que el Luján de Cuyo solo produce vinos de calidad bajo ciertas condiciones edáficas. Esto podría limitar la innovación y la experimentación en la producción vitivinícola. La ciencia de la viticultura evoluciona constantemente, un enfoque flexible y abierto puede ofrecer oportunidades para descubrimientos que mejoren la calidad del vino incluso en suelos que no son tradicionalmente considerados ideales.
Por último, la presentación de estos estudios debe entenderse dentro de un contexto más amplio de la industria vitivinícola. El fenómeno de la globalización ha ampliado la competencia en el mercado del vino, y centrarse exclusivamente en el suelo puede ser un enfoque limitado. Existen regiones emergentes que están redefiniendo lo que significa 'terroir', donde prácticas culturales innovadoras y la microbiología del suelo se convierten en protagonistas de la producción vinícola.
FAQ - Preguntas Frecuentes
¿Qué le hace el vino a la grasa?
El vino, en consumo moderado, puede estar asociado a un menor tejido adiposo visceral, es decir, menos grasa abdominal.
¿Qué es un consumo moderado de vino?
Se considera moderado aproximadamente de una a dos copas al día, dependiendo de la persona y su contextura.
¿Qué da más barriga, el vino o la cerveza?
Aunque ambos pueden contribuir a la grasa abdominal, estudios sugieren que el vino, en moderación, podría tener un efecto menos perjudicial que la cerveza.
¿Cuándo es peligrosa la grasa abdominal?
La grasa abdominal se vuelve peligrosa cuando se acumula en exceso, aumentando el riesgo de enfermedades cardiovasculares y metabólicas.
¿El tipo de vino influye en estos efectos?
Sí, el tipo de vino, especialmente el tinto, parece tener propiedades antioxidantes que pueden beneficiar la salud.
¿Es necesario dejar de beber para reducir la grasa abdominal?
No necesariamente, el consumo moderado de vino puede ser parte de una dieta equilibrada que ayude a controlar la grasa abdominal.
¿Es el vino una bebida saludable?
El vino puede ofrecer beneficios si se consume con moderación, aunque no debe ser considerado un milagro para la salud.
¿Qué otros factores influyen en la grasa abdominal?
La alimentación, el ejercicio, el estrés y el sueño son clave en el control de la grasa abdominal, no solo el alcohol.
¿Pueden los hombres y mujeres consumir la misma cantidad de vino?
No, las mujeres deben consumir menos por su menor tolerancia al alcohol, en general, se recomienda una copa menos que para los hombres.
¿Qué estudios respaldan estos hallazgos sobre el vino y la grasa abdominal?
Investigaciones de instituciones como Harvard han mostrado vínculos entre el consumo moderado de vino y una reducción en la grasa abdominal.